jueves, 27 de enero de 2022

Orígenes de la guerra y las antiguas tácticas

Los pueblos viven desde hace milenios con el temor de la guerra, y a pesar de ello el ser humano se las ha ingeniado para recurrir una y otra vez a ella. La mayoría de la destrucción de las antiguas ciudades se debió a los conflictos bélicos.

Durante el periodo del paleolítico y parte del mesolítico (entre 15000 y 10000 a.C.) el hombre no conoció realmente la guerra, sino tan solo combates entre individuos o pequeños grupos.

Sin embargo, con la sedentarización y el nacimiento de nuevas formas de economía como la agricultura, la guerra se desarrolló como medio violento para dominar al otro o apoderarse de sus bienes. Y desde entonces el hombre no ha cesado de perfeccionar este medio de dominación en el curso de la historia.

 

Surgimiento de la guerra

A finalizar el mesolítico cuando los clanes empezaron a sedentarizarse y se produjeron los primeros actividades de domesticación de plantas y animales en un territorio, donde practicaban la recolección de frutos o formaban rebaños, tuvieron que defender sus bienes contra otros depredadores más pobres. De esta manera nació la guerra. El arma ofensiva era el arco.   

Las armas están ligadas al desarrollo de la agricultura y la ganadería que permiten una mayor densidad de población y proporcionan los recursos y el tiempo necesarios para el mejoramiento de los instrumentos bélicos.

También forman parte de este proceso de aprovechamiento los animales domésticos como los caballos, los perros y el elefante. Es el paso de los instrumentos de madera y piedra a los del metal.

Aproximadamente entre el 6000 y el 2000 a.C. cuando la sociedad transforma a la familia, esta se vuelve patrilineal, predomina el hombre sobre la mujer, se asegura la herencia de padre e hijo. Aquí se pone importancia a la guerra como fuente de riqueza y de que son los varones los poseedores de los bienes decisivos, capaces de facilitar a sus dueños un incremento de sus propiedades.

 

Los primeros ejércitos

La formación de las ciudades-estado condujo a la organización de la guerra. Los hombres, habituados al combate individual, se convierten en soldados, formados en filas apretadas y protegidos por escudos. Las armas se hacen más letales, gracias a las puntas de metal y las hachas de cobre. Los registros más antiguos que representan esos ejércitos son los sumerios que datan entre el 2700 y 2500 a.C.

                                                 
Primeros carros de combate

El caballo que vivía en estado salvaje en Asia central fue domesticado en el tercer milenio a.C. En el siglo XVI a. C. los egipcios organizaron un ejército de carros que iba a convertirse en su arma de choque. La mayor batalla de carros tuvo lugar en Kadesh, entre Siria y Líbano, en el 1294 a.C., entre los hititas del rey Muwatalli II y el ejército de Ramsés II. En ese encuentro cada bando alineó entre 2000 y 3000 carros de combate.  

 


Las guerras de asedio

Las primeras ciudades se rodearon de murallas a inicios del neolítico (entre el 6000 y 4000 a.C.) y en seguida hubo asaltantes que las sitiaron. Una de las más antiguas representaciones se encuentra en Micenas, Grecia, aproximadamente en 1600 a.C.

 

La caballería

A inicios del I000 a.C., surgen los primeros cuerpos de caballería organizados por los asirios, precisamente lanceros y arqueros de Nínive. Esta novedad modificaría todas las estrategias de guerra hasta la Segunda Guerra Mundial, usada por los polacos frente a la invasión alemana y por los italianos en Rusia.

 


Falange contra legión

La falange fue organizada por Filipo II de Macedonia en el siglo IV a.C. Consistía en un bloque de dieciséis filas de guerreros armados con una larga lanza, la sarisa. A esta infantería que parecía invencible, tuvieron que enfrentarse los romanos.

En el año 168, en Pidna, el rey de Macedonia, Perseo, se enfrentó a las legiones romanas de Paulo Emilio. La estrategia consistió en dejar a la falange avanzar por un terreno accidentado para que se dislocasen sus filas y después lanzar por los huecos así creados por pequeños grupos de legionarios que sorprendieron a los macedonios por sus flancos y retaguardia.

 


Táctica de rehuir el frente

El creador de esta táctica fue el político Epaminondas, convertido en militar, que en el 371 a.C. Lacedemonia (Esparta) y Tebas se enfrentaron cerca de Leuctres, en Beocia. Epaminondas, líder de los ejércitos tebanos, reunió el grueso de las fuerzas en su ala izquierda, no dejando en el centro y en la derecha más que una línea débil para contener al adversario. Los tebanos arrollaron el ala derecha espartana y después se desplegaron para cercar a los enemigos.  

 


Batalla naval

Tuvo que pasar bastante tiempo para que el ser humano dispusiera de barcos perfeccionados para permitirles combatir en el mar. A diferencia del barco mercante, el bajel de guerra debía ser rápido y fácilmente manejable. Los griegos inventaron el espolón de bronce fijado en la proa de las largas naves (alrededor del siglo VII a.C., naves conocidas como trirremes). El navío así equipado podía romper los remos del adversario deslizándose junto a él o embestirlo.  

 

Técnicas de asedio

Los griegos fueron los inventores de la poliorcética o arte de sitiar ciudades, pero fue perfeccionado por los romanos. Estos utilizaban distintas máquinas de asedio como las catapultas, el escorpión, una especie de gran ballesta, y torres de sitio que permitían tener un puente elevadizo en lo alto de las muralla.







Fuentes

Brom, J., Para comprender la historia, Grijalbo, México, 2003.
Reader's Digest., Ciudades desaparecidas, misterio de las civilizaciones olvidadas.