miércoles, 25 de mayo de 2022

La navegación antigua y medieval


Los primeros hombres no se arriesgaron lejos de las costas y solo tenían a su disposición un tronco cavado o tablas aparejadas y una vara de impulso. Hasta que los primeros navegantes fueron perdiendo el miedo recurrieron a la vela, al timón y a los remos.

Los asiáticos fueron los primeros navegantes. Sus embarcaciones llegaron a Egipto y Europa y enseñaron la náutica a más pueblos.

Los egipcios (1500 a.C.) tenían una nave de 30 a 35 metros de largo, de vela cuadrada y con 60 remeros. Un espolón de hierro a proa convertía a la galera en un buque de combate, capaz de deshacer en una embestida a su contrario. Las flotas egipcias llegaron hasta las indias orientales.

Los fenicios, para el siglo XII a.C., ya tenían relaciones comerciales con Oriente a través del Mar Rojo. Después sus flotas llegarían al Mar Báltico.

Los griegos prefirieron el remo a la vela; en vez de una sola fila de remeros, las galeras superpusieron dos, tres y hasta nueve bancos de remeros. La galera unirreme (un banco) se convirtió en birreme, trirreme y noverreme. Las galeras griegas combatían en hileras. En Salamina (480 a.C.) batieron a los persas y en la batalla de Cumes (474 a.C.) los griegos arrojaron a los cartagineses del Mar Tirreno.

Los romanos y los cartagineses perfeccionaron sus galeras durante más de un siglo de lucha (guerras Púnicas), las naves eran más grandes, mejor equipadas y defendidas y más adornadas. Vencida Cartago, la supremacía naval quedó en manos de los romanos, hasta su caída ante el empuje de los bárbaros.

Los ribereños del Mediterráneo fueron audaces marinos; Julio Cesar en sus Comentarios elogió a los marinos galos, y Asdrúbal y Amílcar Barca tuvieron por aliados la parte de mar de los Baleares y del Levante de la Iberia.

Al constituirse el condado de Barcelona se incrementó la marina catalana, en tanto que los pescadores cántabros se arriesgaban en la pesca de la ballena y los marinos andaluces hacían desembarcos en las costas africanas. Al inicio de la Edad Media, la marina española era ya conocida en los mares del norte por sus recaladas en los puertos de Francia, Inglaterra y Alemania.

El desarrollo de la marina en la Edad Media fue lento. Los normandos (vikingos) eran los más atrevidos navegantes de ese tiempo. Venidos del norte en barcos en forma de dragones o serpientes asaltaron las costas de Inglaterra y Francia.

En el año 845 los vikingos remontaron el Sena con 120 navíos, en el 886 sitiaron París y en el 911, el líder Rollon se estableció definitivamente en lo que hoy es Normandía y dio impulso a la navegación marítima entre los siglos X y XI.

En el siglo XII, las repúblicas de Génova, Venecia y Pisa se disputaron el dominio del Mediterráneo. En la primera Cruzada, Génova armó 28 grandes galeras y 6 bajeles, en tanto que Pisa equipo 120 velas. Cuando San Luis, rey de Francia, partió para la Guerra Santa recurrió a los genoveses y a los pisanos, y en 1267 les compró la flota, de la que fue almirante Florent de Varennes.

A finales del XIV, Venecia llegó a su apogeo naval; contó con 45 galeras, tripuladas por 11 mil hombres. Hacía la misma época, Génova tenía 36 mil marinos, y su flota contaba de 2 mil 900 naves, de las que 300 eran grandes galeras. Mientras que la marina catalana rivalizaba con la italiana.

Con la invención de la pólvora el armamento y los buques de guerra cambiaron; la necesidad de proteger la artillería obligó a construir los alcázares de proa y popa, y para 1410 se abrieron troneras en los flancos de las embarcaciones para disparar desde adentro.

El unirreme subsistió por mucho tiempo en el Mediterráneo y hasta el siglo XVII la galera constituyó la base de casi todas las fuerzas marítimas. Quedaron los remos como medio de propulsión; 20 remos, manejados cada uno por cuatro o seis hombres, podían dar a la nave una velocidad de ocho kilómetros por hora, seis en la segunda y cinco en las demás. Los galeotes, que hacían de remeros, se fatigaban pronto.

La violencia del mar obligó a la construcción de navíos más altos. Por entonces Cristóbal Colon se sirvió de tres carabelas de unas 280 toneladas cada una. Estas tres naves llevaban tres palos y eran similares a las galeazas que empleaban los venecianos en el siglo XVI.

 

 

 


 

 

Fuente:

Colección Chilam Balam – Museo Cultura Maya, México

domingo, 22 de mayo de 2022

Los animales y la mitología

 


En los mitos, los animales toman dimensiones cósmicas; aves que simbolizan el mundo superior de los espíritus o serpientes gigantes que simbolizan el cosmos o la energía caótica del mundo de los muertos.

En Norteamérica, el enorme Pájaro Mítico, que produce el trueno y el rayo, libra una constante batalla con las serpientes o dragones que habitan en las aguas.

Una idea similar se halla en Sudáfrica, donde el Pájaro del Relámpago rige el firmamento y la serpiente cósmica gobierna el infierno acuoso. La tortuga que carga el cielo o la tierra sobre su caparazón, es un símbolo que con frecuencia se encuentra en Norteamérica.

En diversos mitos los animales se consideran precursores o creadores de la humanidad. Un mito egipcio describe como empezó a existir la humanidad por el graznido de una garza que era la manifestación del dios del sol.

Los pueblos bosquimanos del sudoeste de África, el primer ser viviente sobre la tierra fue la mantis religiosa, que engendró a las primeras razas, incluyendo a los humanos.

Los mitos también afirman que existe un parentesco entre los humanos y los animales. En Centroamérica se dice que cada persona posee una coexistencia física y espiritual con un animal que es su doble, como en algunas partes del occidente de África.

Mitos amerindios refieren a tiempos antiguos cuando la gente y las bestias eran indistinguibles y podían asumir una u otra forma.

Los indígenas americanos y los esquimales creen que ningún animal se asemeja tanto a los humanos como el oso, que con frecuencia es un humano cubierto por el abrigo de piel de oso.

En Europa, el oso era un símbolo de la oscuridad. El oso se oculta en las cuevas para dormir en el invierno. En la mitología griega, Artemis, diosa de la luna y la caza, es acompañada por un oso. En Alaska, el oso se asimila a la luna por sus acciones cíclicas, desaparece con el invierno y reaparece en primavera. Los iroqueses identificaban al oso con la noche y la oscuridad y a la ardilla la defensora o representante de la luz, que ambos se repartieron el día y la noche por tiempos iguales.  

La metamorfosis se presenta en la mayoría de las culturas. La figura del hombre lobo presente en la mitología de muchos pueblos de Europa tiene paralelos con las tradiciones africanas, en las que algunos hombres y mujeres tienen el poder de transformarse en animales rapases como leones y hienas. En Centro y Sudamérica las leyendas hablan que los chamanes tienen el poder de transformarse en jaguares.

En la mitología el consorte animal igual es común. Un mito en el sur de África menciona a dios pitón que contrae nupcias con una mujer y que a veces la lleva a su morada en el mundo acuoso de los muertos. En Escocia es común los relatos de focas que adoptan la forma femenina para casarse con los hombres.

El león, como rey de las bestias, es símbolo de autoridad. En los mitos, este animal se relaciona con la divinidad como imagen de poder supremo y no necesariamente benigno, por ejemplo, la diosa egipcia de cabeza de león, Sekhmet, era una deidad aterradora que una vez envió al dios sol para destruir a una raza de rebeldes humanos. Se creía que los diferentes tipos de enfermedades infecciosas eran sus mensajeros, por esa razón sus sacerdotes eran médicos.

El dios Visnú encarnó como Narasimha, una criatura humana y mitad león para destruir al demonio Hiranyakashipu que no podían matar ni hombres ni dioses. El león es la montura de la diosa Parvati, la esposa de Shiva, y representa un aspecto atemorizador.

El león también brilla como símbolo de invencibilidad, como el mito de Heracles y el león de Medea.

Pero igualmente no siempre logra lo que desea, por ejemplo, en los mitos de África, donde el león se venera por su condición real, a menudo criaturas más pequeñas y más ingeniosas, como la liebre, se burlan del león.

En muchas mitologías la liebre es un ser bromista, que representa a héroes o a la fertilidad. Como animal juguetón, en los mitos se presentan como astutos bromistas que se burlan de las criaturas grandes pero no veloces.

Las estrategias del bromista embaucador consisten en estafar, como el cuento japonés del conejo blanco que embaucó a una familia de cocodrilos para que le hicieran un puente y pudiera pasar de una isla a tierra firme. Cuando se acercó al último cocodrilo que estaba formado, con júbilo se jactó de su astuta broma, por lo que el furioso animal lo atrapó y lo desolló vivo.

A la liebre se les relaciona con la fertilidad, la lujuria y la vitalidad y con la luna, símbolo de fecundidad femenina.

La diosa de la fertilidad germánica conocida como Eostra (Easter-Pascua) tenía en la luna una liebre que ponía huevos, símbolos de renovación de vida, en el festival de primavera.

Los aspectos sexuales y bromistas del conejo se conjuntan en las deidades mexicas conocidas como los Centzon Totochtin o Cuatrocientos Conejos que son los cuatrocientos dioses menores del pulque y de la embriaguez.   

La serpiente es el animal más común en la mitología. Los dioses creadores son siempre, en su manifestación primera, serpientes cósmicas o tienen a la serpiente como atributo.

A las serpientes se les considera símbolos de fertilidad y fecundidad. Se decía que las serpientes o los dragones fueron quienes tiraban de la carroza de la diosa griega de la fertilidad, Deméter.

La diosa mexica de la tierra y la muerte Coatlicue tiene dos cabezas de serpiente, que representaba la vida, la muerte y el renacimiento.

En la tradición irlandesa, el primero de febrero, fiesta de la diosa Brígida, las serpientes salen de sus madrigueras para anunciar la llegada de la primavera.

La forma de la serpiente se relaciona con el miembro sexual masculino y con el poder fecundador del hombre. La frecuente combinación fálicas y diosas de la tierra representa un acto simbólico de relación íntima que garantiza la renovación de la tierra y la continuidad de la naturaleza y la vida.

La serpiente en sí demuestra esta renovación de forma adecuada al deshacerse de su vieja piel, es el principio generador de todo lo que existe, vinculada con los orígenes de la vida, y encarna el ciclo continuo del nacimiento, muerte y renacimiento. Es la idea de la renovación de la vida en primavera y sus rituales. Porque el ciclo de la naturaleza no se detiene.

En la mitología también es un ser ambivalente, aunque se le relaciona con la naturaleza con frecuencia es venenosa. Habita debajo de la tierra o en las profundidades de los océanos y por tradición se le adjudica la fuente de fuerzas malignas.

En la mitología hindú, las serpientes o cobras, nagas, aparencen como adversarias de la humanidad. En Egipto, la serpiente que habita el desierto era símbolo de esterilidad y sequía, se le asociaba con el dios del desorden, Set.

El mejor ejemplo que se conoce es la representación bíblica del Edén, en la que la serpiente es un emisario del mal.

En diversas culturas, la serpiente cósmica rodea al mundo para separar las fuerzas del caos o representando esas fuerzas, como la Serpiente del Mundo de la mitología escandinava que vive en el mar alrededor de Midgard, la tierra.

El sol, como un corredor celeste, se le concibió como un caballo. Entre los eslavos, el caballo es un símbolo solar, atribuido a la divinidad superior. En la mitología griega, los caballos de Hades tiran de su carro hacia el abismo del mundo subterráneo. La simbología del sol surgiendo de los abismos de la tierra y regresando a ella al anochecer es una representación común en las mitologías. En los Vedas el caballo simboliza al sol naciente.

En Dinamarca, en la Edad Media, los paganos realizaban la fiesta del Caballo; se escurría la sangre de un caballo hacía el sur y el este, lo que representaba al caballo como una reencarnación del espíritu del año solar.

En varias culturas de Asia y América al ciervo lo representan como la renovación de la luz solar, a causa del brote anual de sus cuernos. En la antigua Galia se organizaban rituales de cacería del ciervo cuando finalizaba el invierno y la naturaleza renacía.

En culturas de América el ciervo simboliza los comienzos de la vida. Los indígenas de Florida en su celebración del sol, durante la primavera, erigían un poste en cuyo extremo izaban la piel de un ciervo y danzaban a su alrededor y se recitaban plegarias para obtener una estación de abundancia.

El toro, representado en diversas mitologías, simboliza las fases de la luna con sus cuernos; las diosas lunares de Oriente se expresan mediante la imagen del toro; el dios lunar de Ur era mencionado como un novillo poderoso del cielo; Osiris, era la diosa de luna de Egipto, presentada como un toro.

 

 

 

 

 

 

Fuentes:

Lacalle, R., Los símbolos de la prehistoria, Almuzara, 2011.

Willis, R., Diccionario Universal de Mitología, Ed. Tomo, 2003.

domingo, 15 de mayo de 2022

Los siete del Proyecto Mercury

 


Donald Slayton, Alan Shepard, Walter Schirra, Virgil Grissom, John Glenn, Leroy Cooper y Malcolm Carpenter eran los astronautas del proyecto Mercury, se esperaba que uno de ellos fuera el pimer hombre en salir de la Tierra y regresara sano y salvo.

Los siete eran pilotos de pruebas militares; tres de la Fuerza Aérea, tres de la Armada y uno de la Infantería de Marina. Menores de cuarenta años y con un peso de por lo menos 81.5 kilogramos con el peso justo para el vehículo que pretendía lanzarlos al espacio.

El proceso de encontrarlos comenzó con 508 pilotos de pruebas militares, que el Grupo de Trabajo del Espacio, de la base Langley, Virginia, redujo a 110, que de los primeros 69 llamados para entrevistas, 32 se ofrecieron de voluntarios.

De Langley, fueron llevados a Albuquerque, Nuevo México, para una semana de pruebas rigurosas. Se realizó la cartografía de sus cuerpos por dentro y por fuera en distintos procedimientos de laboratorio.

Un candidato fue eliminado y los 31 restantes se enviaron al laboratorio Aeromédico de la Fuerza Aérea Wright Patterson, Ohio, para comprobar que eran los hombres adecuados para la NASA. Se les sometió a grados crecientes de calor, presión, agua helada, ruido, vibración, aceleración y cambios bruscos desorientadores sobre balancines. Corrieron sobre andadores de banda sin fín e inflaron globos hasta que sus pulmones protestaron. Además de pasar días con psicólogos.

18 salieron de las pruebas exitosamente y el Grupo de Trabajo del Espacio seleccionó a siete de ellos porque parecía llevarse bien entre sí; entonces, se les llevó a Washington a una conferencia de prensa, el 9 de abril de 1959. A un año después de la hazaña de la Unión Soviética con el lanzamiento del Sputnik I.

Los lanzamientos de los Sputniks I, II y III y la opinión pública precipitaron la idea de lanzar al hombre al espacio; el presidente Eisenhower transformó la NACA (National Advisory Committee for Aeronautics) en la NASA a la cual se otorgarían poder y fondos para concentrar esfuerzos y servirse de las instalaciones de otros programas espaciales. Para ese entonces los científicos e ingenieros de la NACA que se trasladaron a la NASA ya trabajaban con técnicas para enviar un hombre a la Luna y traerlo de vuelta.

La cuestión importante era la nave espacial; el astronauta que volviera del espacio requería protección contra los 1648°C de calor que se generarían cuando el vehículo ingresara a la atmosfera. El invento del ingeniero Maxime Faget era una capsula en forma de embudo, que al despegue se asentaría en la punta del cohete. Una vez libre de la sección propulsora y en órbita se daría vuelta y volaría con el extremo ancho hacía abajo por delante. Ese extremo estaría cubierto con un escudo material resinoso diseñado para quemarse con el calor del reingreso; su desintegración progresiva protegería al resto de la cápsula y a su pasajero del calor; y ya en la Tierra dejar caer la cápsula en paracaídas los últimos 6405 metros y descender al océano con una bolsa de aire para amortiguar el impacto.

Mientras los ingenieros analizaban la confiabilidad de los sistemas, los astronautas se presentaban en la NASA para lo que iban a ser dos años de preparación intensiva. No se sabía con exactitud qué tareas arrastraría el cuerpo y la mente en el ambiente del espacio. Los astronautas subían a una centrífuga llamada la Rueda que los hacía girar vertiginosamente en círculos hasta que las fuerzas G les exprimían los músculos y huesos con una gravedad 16 veces mayor de lo normal, para que se acostumbraran a las presiones que sentirían cuando arrancaran de la plataforma de lanzamiento y cuando se hundieran en la atmósfera de regreso.

Sudaron en cámaras caloríficas hasta que los médicos supieron que estos hombres podían soportar 57°C hasta por dos horas. Montaron en la MASTIF (Multi-Axis Space Test Inertia Facilityque simultáneamente giraba, oscilaba y daba vueltas de campana a ritmos de 30 revoluciones por minuto. La idea era descubrir con qué rapidez podían recobrar el control si su vehículo empezaba a girar en el espacio. Cuando los astronautas pasaban por los MASTIF y botaban y rebotaban por la Rueda, pasaban tensiones mayores que las que se esperaba que sufrirían en las misiones reales.

Los científicos de la NASA se preocupaban por los efectos de la ausencia de peso en órbita y hacían lo que podían para preparar a los astronautas; los hombres fueron llevados a la base de la Fuerza Aérea en el desierto de California, a pilotear aviones cazas a reacción en los que volaban en arcos parabólicos a alta velocidad; en la cima de esos arcos adquirían peso pluma por espacio de unos segundos. Después fueron adiestrados en reactores de transporte más grandes, en los que podían flotar dentro de una cabina acojinada a gravedad cero durante 35 segundos.

Pero los primeros en ir al espacio fueron los chimpancés Ham, el 31 de enero de 1961, y Enos, que diez meses después volaría en órbita. Todo ese esfuerzo iba dirigido a una meta más grande, poner a un ser humano en el espacio y mantenerlo vivo más allá de la atmosfera terrestre. Sus trajes espaciales deberían transformar en miniambientes independientes en caso de emergencia; un traje de caucho y nailon aluminizado, con un casco de fibra de vidrio con visor de acrílico. Los trajes se probaron en situaciones que iban de la ausencia de peso a la inmersión submarina.

El 21 de febrero de 1961, la NASA anunció que uno de los tres hombres, Glenn, Grissom o Shepard, sería el primer hombre norteamericano en el espacio. Pero el 12 de abril de ese año, los soviéticos de nuevo se adelantaron, el mayor Yuri Alekseyevich Gagarin fue lanzado al espacio y dio la vuelta completa a la Tierra.

El 5 de mayo de 1961, en Cabo Cañaveral, el capitán Alan Shepard, yacía en la parte superior del cohete Redstone, de 18 metros de altura. Después de un minuto del despeje el viaje del Redstone se puso brusco y parecía estar a punto de estallar. Pero a los tres minutos de vuelo, la cápsula Libertad 7 estaba libre del impulsor. Al regresar a la Tierra, Shepard no mostró haber sufrido algún mal efecto; funcionó normalmente en el espacio en los cinco minutos de ausencia.

Los interrogatorios a Shepard condujeron a cambios del sistema de control de la cápsula y en el traje de presión, todo listo a tiempo para el segundo vuelo que haría el capitán Virgil Grissom, el 21 de julio de 1961.

Se esperaba que una tercera órbita opacara la vuelta al mundo de Gagarin, pero el 6 de agosto de ese año German Titov fue al espacio y se mantuvo ahí por 25 horas y 18 minutos; 17 órbitas alrededor de la Tierra. Más difícil fue para la NASA anunciar el primer intento de poner en órbita a un norteamericano se aplazaría hasta 1962.

20 días después del lanzamiento de Shepard, el presidente Kennedy declaró que Estados Unidos enviaría al hombre a la Luna en el transcurso de esa década. El éxito del programa Mercury parecía impulsar a la nación hacía tal objetivo.

El 20 de febrero de 1962, el coronel John Glenn despegaría a bordo de Amistad 7 con el cohete Atlas. Casi a las 10 de la mañana, el primer estadounidense ya se encontraba en órbita.

El capitán Donald Slayton, quien debía hacer el cuarto vuelo, los médicos anunciaron que tenía una irregularidad en el ritmo cardíaco, lo que canceló la misión. Poco tiempo después se le nombró coordinador de actividades de los astronautas.

Al teniente Malcolm Carpenter a bordo del Aurora 7 le correspondió el siguiente vuelo, y por problemas de control de vuelo y exceso de consumo de combustible por maniobras entre el control manual y el automático bajó al océano, pero a 402 kilómetros y lejos de las comunicaciones de donde debería.  

Uno de los objetivos de ese vuelo era que el piloto se abstuviera de consumir combustible para maniobrar la cápsula a menos que se viera en la necesidad de hacerlo. La tarea quedó en manos del comandante Walter Schirra, a bordo del Sigma 7, el 3 de octubre de 1962, para un vuelo proyectado de seis órbitas y el primer amaraje en el mar Pacífico.

El programa Mercury finalizó el 15 de mayo de 1963 cuando el mayor Leroy Cooper ocupó la cápsula Fe 7. Regresó a la Tierra 34 horas y 20 minutos después del despegue.





Fuente:

Life in Space, ECI, 1984.


domingo, 1 de mayo de 2022

China después de Mao

 


Para 1976 se sabe que el líder Mao está enfermo y que sus apariciones en público son cada vez más raras, y el 9 de septiembre de ese año el líder fallece. En la plaza de Tiananmen se levantó un mausoleo para que el pueblo venere el cuerpo embalsamado del fundador de la nueva China.

Mao muere diez años después de haber organizado la gran Revolución cultural proletaria. Manipulando a unos y otros, lanzando a los estudiantes contra los cuadros del partido comunista, al ejército contra la guardia roja, provocando la muerte y humillación pública de miles de hombres y mujeres y enfrentamientos civiles en las grandes ciudades.

El fallecimiento de Mao inicia la batalla de la sucesión. El nuevo hombre fuerte del partido, Hua Goufeng, ordena el arresto de cuatro altos dirigentes del Partido Comunista conocidos como la banda de los Cuatro, encabezada por la viuda de Mao, Jiang Qing.

Las intrigas y maniobras que siguen a la caída a finales de 1978 de la banda de los Cuatro, acaban otorgando el poder a Deng Xiaoping, con el apoyo de ejército.   

Se acabaron los encantamientos del Libro Rojo de Mao y las multitudinarias manifestaciones consagradas a Mao. China tenía que ubicarse en el nuevo concierto internacional.

El gobierno de Xiaoping resucita el lema de 1964 de las cuatro modernizaciones, el ámbito industrial, de la agricultura, de la ciencia, y la técnica y la defensa. Para lograrlo era preciso otorgar autonomía a las regiones en el terreno de la política económica, instaurar un control de natalidad cada vez más represivo y abrirse al mundo.

En enero de 1979, Xiaoping visita oficialmente Estados Unidos y consigue que miles de estudiantes chinos vayan a perfeccionar su formación. Xiaoping comienza a convertir a los chinos a la modernidad e insta a los padres a que dejen a sus hijos estudiar.

Si bien se cuestionaba el papel de Mao, era impensable criticar el papel preeminente del partido y de sus dirigentes. Muchos comprendieron que una vez aceptados los ritos y las sumisiones formales había llegado la hora de sentar las bases de un impulso económico que a largo plazo permitiría a China a jugar en igualdad de condiciones con Japón y Occidente.

Con la liberación de la agricultura, la producción de cereales pasó de 280 a 400 millones de toneladas entre 1978 y 1984. Esta liberación permitió al pequeño propietario vender su producción a los mercados y el aumento de la industria de un 56% entre 1978 y 1982.




Fuente:

Pierre, M., 1970-1980, años de crisis y democracia, Claves.

La ciencia del siglo XIX



El ambiente de paz que se vivió en Europa durante el siglo XIX provocó cambios de gran importancia. La población creció más del doble, pasando de 205 millones de habitantes en 1800 a 414 millones en 1900, sin contar los 38 millones que emigraron a otras partes del mundo.

La economía creció, pero para la gente de la época, las comunicaciones resultaban más visibles que las tasas de crecimiento anual; en 1800 los adinerados viajaban en carruajes mientras que los pobres iban a pie. En 1900 los ricos viajaban en ferrocarriles de primera clase o en sus propios automóviles, mientras que los pobres utilizaban el ferrocarril en tercera clase o se desplazaban en ómnibus, tranvía o metro.

Lo mensajes comenzaron a viajar más rápido gracias al teléfono y al telégrafo, y la imprenta y el nacimiento de las fábricas de papel permitieron que libros, periódicos y revistas llegaran a grandes poblaciones.

Tres grandes teorías científicas aparecieron en el siglo XIX: la conservación de la materia, la conservación de la energía y el evolucionismo. Las ciencias del siglo XVII y XVIII se fragmentaron en distintas visiones para influir en el siglo XIX.

A pesar que varios científicos como Darwin, Pasteur y Mendel conservaron sus convicciones religiosas, la mirada científica se convirtió en una enemiga de la religión.

Los cambios del planeta dejaron de explicarse a causa de catástrofes similares al diluvio universal que narra la Biblia, para dar paso a las teorías de la geología.

El hombre dejó de ser una criatura distinta de los animales y perdió su divinidad a consecuencia de las ideas evolutivas.    

Saint-Simón y Augusto Comte llegaron a proponer que la ciencia se transformaría en la nueva religión y el progreso humano como una ruta hacía la ciencia y la técnica.

La ciencia se institucionalizó pasando a ser una actividad valorada por la sociedad, por los gobiernos y los industriales. Se convertiría en una práctica necesaria para el bienestar y poder de las naciones.

Los gobiernos, las universidades y los empresarios comenzaron a apoyar económicamente a los científicos, en la búsqueda de tecnologías para dominar y transformar a la naturaleza.

Los apoyos políticos y económicos que recibieron los científicos durante este siglo podrían explicar los desarrollos, descubrimientos y propuestas. Sobre todo, a favor de una industria ansiosa por novedades, procesos y máquinas dedicas a ampliar las riquezas.

La ciencia se transformaría en un bien para la sociedad; conocimientos que se ofrecerían a todos los habitantes de una nación; por ello fue el desarrollo de museos, universidades y la expansión de publicaciones científicas.

El 24 de noviembre de 1856, en Inglaterra comenzó a venderse el Origen de las Especies, de Darwin; el libro fue un rotundo éxito al grado que la primera edición se agotó en el mismo día de su publicación, cuya obra revolucionaría la biología de aquel siglo.

Los lectores recibieron el libro no como un descubrimiento sino como una confirmación de ideas ya aceptadas. Las personas medianamente cultas sabían que la Tierra era mucho más vieja de lo que suponían los intérpretes de la Biblia, asimismo, se tenía la certeza de que las plantas y los animales no habían sido los mismos desde el principio de los tiempos.

Darwin únicamente añadió un nuevo elemento que explicaba el mecanismo mediante el cual se producían los cambios en los seres vivos, la selección natural.

El darwinismo se convirtió en uno de los programas más productivos de la época, al grado que integró los descubrimientos y las intuiciones que se realizaban en la biología como las propuestas de Mendel sobre la herencia.

Al situar Darwin al ser humano en el proceso evolucionista, ponía en duda el derecho de la humanidad a reclamar para sí un lugar único y exclusivo dentro de la creación, haciéndonos hermanos en el dolor, la enfermedad y la muerte con otros animales. Darwin no refutó la existencia de Dios, pero ofreció una visión del Universo en el que Dios no encajaba.  El darwinismo influiría también en la reflexión sobre el desarrollo de las sociedades entre el siglo XIX y el siguiente.

Jean Baptiste Lamarck postuló ideas evolucionistas y cambios en las especies; para Lamarck los cambios en las especies eran resultado de dos factores, la tendencia natural del mundo orgánico hacía una complejidad cada vez mayor y la influencia del entorno. Por ejemplo, Lamarck sostenía que el largo cuello de las jirafas se debía al uso que estas le daban.

Lamarck afirmaba que la vida no fue creada por obra de un ser divino y que las plantas y animales no habían permanecido iguales. Defendía que la naturaleza había creado individuos simples que a lo largo de millones de años fueron modificándose y diferenciándose hasta surgir los cientos de miles de especies, y que esa evolución tiende a ir de los organismos más simples a los más complejos.

Alfred Russel Wallace fue el primer europeo que estudió a los simios en libertad y realizó trabajos de historia natural. Llegó a la misma idea que Darwin sobre la selección natural. Darwin quedó anonadado por la detallada similitud entre sus trabajos, pero Darwin presentó toda su obra conjunta de mayores dimensiones, Origen de las especies. Wallace se vio eclipsado.

John Dalton estableció que todos los cuerpos están constituidos por partículas de dimensiones muy reducidas, llamadas átomos, de diferentes pesos que determinaban su identidad, idea de la que dedujo para la química la ley de las proporciones múltiples con lo que inauguró la era del atomismo moderno.

Georges Cuvier fundó la paleontología de los vertebrados y se opuso a las ideas evolutivas. Él postulaba que las modificaciones en el mundo orgánico y en el planeta eran resultado de una serie de catástrofes sucesivas, por lo cual sus ideas se conocieron como catastrofismo.

A diferencia de Cuvier, Charles Lyell, el más famoso explorador de su tiempo, el creador del principio de uniformatirismo y padre de la geología, sostuvo que las rocas y las formaciones terrestres no eran resultado de catástrofes, sino de una serie de procesos ordinarios que ocurren de manera constante y paulatina. Estableció la ley de suposición de los estratos para determinar la edad relativa de las rocas, en su composición mineral y fósil.

Alexander von Humboldt fue viajero y naturalista, estudioso de la economía y la sociedad, creador de una de las obras científicas más ambiciosas de su época, Cosmos. Una descripción del mundo natural desde la geología, la botánica, la biología, la química y la astronomía.

Michael Faraday introdujo las nociones de líneas de fuerza eléctrica o campo eléctrico, que en su momento se convirtieron en los fundamentos de la teoría electromagnética de Maxwell.

Las innovaciones de James Clerk Maxwell sobre el desplazamiento eléctrico, el magnetismo y los gases permitieron diseñar su teoría y que daría paso a la producción de las ondas de radio e iniciaron el conocimiento actual de la luz y la materia.

Los trabajos de Louis Pasteur no se limitaron a la destrucción de las ideas de la generación espontánea, sino que creó la vacuna antirrábica y creó el sistema que se emplea para garantizar la salubridad de la leche. Siendo Pasteur uno de los mayores benefactores de la humanidad.

Los estudios botánicos de Gregor Mendel le permitieron descubrir las primeras leyes de la herencia, las cuales influirían en el actual desciframiento del genoma humano.

 

 

 


 

Fuente:

Trueba, J. La ciencia del siglo XIX a Einstein, Santillana.

Primeras luchas por los derechos de las mujeres

 


Han sido muchos años de lucha para que las mujeres obtuvieran el derecho al voto y la igualdad de derechos con respecto a los hombres.

El 8 de marzo es una fecha histórica por los derechos femeninos; aquel día de 1857, obreras de la industria textil, en Nueva York, organizaron una huelga en demanda de mejora salarial y mejores condiciones de trabajo.

En 1908, miles de mujeres tomaron las calles de esa misma ciudad para exigir mejores salarios y el derecho al voto.

En 1910, en la Segunda Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, celebrada en Copenhague, Dinamarca, se propuso establecer el Día Internacional de la Mujer, lo que motivó a diversos países a celebrarlo, pero en fechas diferentes.

En Rusia se celebraba el 8 de marzo, y en 1917, cuando estalló la Revolución, uno de los movimientos que instó a la Revolución fue una huelga iniciada por trabajadoras de Petrogrado.

Al término de la Segunda Guerra Mundial, en la que las mujeres habían desempeñado un papel económico fundamental como lo demostrado en la Primera Guerra Mundial, muchas de sus peticiones no habían sido satisfechas, y, en la década de 1960, el combate por la igualdad tomaría un nuevo rumbo.

En los 60’s las mujeres exigían los medios para una maternidad libre e igualdad de derechos y de salarios y acabar con la discriminación. Ocurre una revolución sexual en torno a la píldora anticonceptiva.

El 26 de agosto de 1970, las estadounidenses realizan una “huelga nacional” que boicoteó las tareas domésticas; las mujeres se manifestaron por todo el país, muchas de ellas influenciadas por los escritos de Betty Friedan, quien denunciaba la alienación de la mujer y la imagen de la ama de casa servil creada por los medios de comunicación.

En noviembre de 1972, el “proceso de Bobigny” generó en Francia debates en torno a la legalización del aborto. Gisele Halimi, abogada y activista feminista, logró la absolución de una joven de 16 años que abortó luego de ser violada. Ese mismo año, también las italianas reclamarían el derecho al aborto.

En Estados Unidos, tras una larga manifestación femenina, el Tribunal Supremo legalizó el aborto por todo Estados Unidos en 1973.

En Francia, el divorcio, es posible con el consentimiento de los cónyuges, y en Italia, la ley que lo constituye por primera vez se promulga, y aprueba un referendo en mayo de 1974, a pesar de la resistencia del Vaticano.

El movimiento feminista también buscó denunciar la violencia conyugal; las penas por violación se incrementaron en Francia, no obstante, esas modificaciones no fueron generalizadas y solamente aplicadas en los países más industrializados.

Finalmente, el 8 de marzo de 1975, durante el “Año Internacional de la Mujer”, organizado por la ONU, cuya sede fue la Ciudad de México, se declararía tal fecha como oficial, para celebrar el Día Internacional de la Mujer en todo el mundo.