Los gobernantes mayas, dado su carácter de seres sagrados y chamanes, realizaban una serie de ritos y ceremonias encaminada a justificar su papel como dirigentes y solicitar el auxilio de los dioses para la permanencia y renovación del mundo.
En el arte maya se representan a gobernantes ejecutando un
ritual o conmemorando algún evento significativo o una victoria militar.
Los reyes mayas conducían las ceremonias ataviados como la
deidad correspondiente a la festividad, identificada por su atuendo.
Algunas ceremonias incluían una determinada danza ritual, se
acompañaban con cantos, sonidos de caracolas, tambores y caparazones de tortuga.
Los gobernantes y sus familias intentaban ingresar al mundo
de los espíritus por medio de visiones y trances inducidos por bebidas y alucinógenos,
también, practicaban el autosacrificio derramando sangre de sus lenguas y
genitales, para lo que utilizaban espinas, puntas de cactáceas y navajas de
obsidiana.
La sangre de los reyes era la sustancia o el alma divina que
daba vida y crecimiento a los elementos del mundo que les rodeaba, la sangre
del rey simbolizaba así la vitalidad del ciclo de la agricultura.
Además de los sangrados, los gobernantes practicaban ritos ascéticos,
como el ayuno, la abstinencia sexual y el insomnio.
Y durante el Clásico Tardío el sacrificio de niños y su
extracción de corazón, encarnación de la pureza y la vida, estaban relacionadas
a las ascensiones al trono o inicios de calendarios rituales de los nuevos
reyes.
Referencias
Arqueología
mexicana, las rutas arqueológicas, 21
Arqueología
mexicana, el sacrificio humano, 63
Los mayas, 3000
años de civilización, Monclem
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