Es
posible que en la antigüedad la salud de las personas era mejor que de la
actualidad, aunque en esos tiempos no existía el agua potable y eran comunes
las infecciones.
Pero
los antiguos practicaban una alimentación balanceada, el ejercicio, el ocio
sano y sobre todo una cercanía constante con la naturaleza, lo cual si los
modernos lo aplicáramos reduciríamos las afectaciones físicas y mentales, como la
diabetes, la obesidad, el estrés y la depresión.
Ejercicio físico y
ocio
Las antiguas
ciudades griegas a menudo estaban en guerra, por lo que siempre se necesitaba
de jóvenes sanos y en buena forma para el ejército. El entrenamiento físico era
vital en la escuela griega.
Los niños
practicaban carreras, salto de longitud y lanzamiento de disco y jabalina,
boxeo y lucha. Los entrenamientos se llevaban a cabo en un área especial para
deportes, la palestra.
La palestra era un
edificio público dedicado al entrenamiento de atletas. Y había de dos tipos,
las privadas, que pertenecían a una escuela donde la gente pagaba, y las
públicas, de acceso libre. El tipo de ejercicio común era la lucha
grecorromana.
En Esparta los
niños pasaban la mayor parte del tiempo haciendo gimnasia, levantando pesas y recibían
entrenamiento militar.
Los antiguos
griegos estaban obsesionados con el bienestar físico, pasaban mucho tiempo
haciendo ejercicio y deportes. Disfrutaban mantenerse saludables como fuera
posible, y creían que si sus cuerpos estaban en buena forma, sus mentes también
estarían fuertes.
Los atletas más
exitosos participaban en juegos regulares, festivales deportivos en honor a los
dioses de Atenas, Olimpia y otras ciudades importantes.
Todos los atletas
de los juegos más importantes eran hombres, pero también había juegos para
mujeres. Los cuales formaban parte del festival “Heraia” en honor a la diosa
Hera, esposa de Zeus. Había dos carreras para niñas y jóvenes de diferentes
edades, y la ganadora era coronada con las hojas de olivo y recibían una
porción del animal sacrificado a la diosa.
A las niñas
espartanas aunque no recibían entrenamiento militar se les motivaba a realizar
ejercicio y deportes, como las carreras, para que pudieran estar fuertes y
sanas.
Aunque la gente
aprovechaba su tiempo libre en el ejercicio, igualmente disfrutaban de la caza
y la pesca. El apetito de los griegos por el pescado era saciado por pescadores
habilidosos quienes atrapaban peces para venderlos. Pero algunas personas les gustaba
pescar ellas mismas. Los cazadores perseguían jabalíes, venados y liebres para
comerlos.
El simposio era
una fiesta que se realizaba en una casa privada y en el que solo asistían
hombres para conversar. Cuando la comida se terminaba los esclavos servían
vino. Había un comensal como “simposiarca” que tomaba el papel de presidente,
decidía cuánto vino se debía beber y mantenía el orden. Lo ideal era que nadie
se embriagara o rompiera el orden, pero muchos simposios se volvían ruidosos y acababan
en pleito si el simposiarca perdía el control.
Las únicas mujeres
que asistían al simposio eran esclavas, las hetairai, quienes entretenían a los
hombres bailando y tocando la flauta o el arpa. La música era importante para
los antiguos griegos. Les parecía que su armonía representaba la armonía de todo
el universo, y creían que la música no solo afectaba el humor de una persona
sino que también influía en su carácter.
Alimentación
Los griegos
llevaban una dieta balanceada, comían mucha fruta y vegetales, sobre todo
manzanas, dátiles, higos, cebolla y lentejas. Comían mucho pescado y pan, pero
muy poca carne. Las hierbas como tomillo, menta y mejorana se usaban para dar
sabor a la comida, y la miel se utilizaba para endulzar. La comida principal
era en la tarde, como a las cinco. Se servía caliente y se cocinaba sobre un
fuego abierto o en un horno pequeño.
A los griegos les
encantaba el pescado y lo servían en platos bellamente decorados. Entre los
favoritos era el atún, el róbalo de mar y lisa y el más preciado de todo era la
anguila. Las especies más pequeñas como anchoas y arenques eran de bajo costo.
Mucha gente despreciaba estos pescados que se conservaban en sal. También a la
gente le gustaba comer filetes de atún en conserva.
Sin embargo, los
griegos consumían mucho pan. El desayuno era una pieza de pan remojada en vino,
y el pan formaba parte en la comida de la tarde.
Se comía carne en
los banquetes y festivales cuando se sacrificaban animales para los dioses. En
esos ambientes la gente comía carne de cabra, zorros y liebres. La carne no se
mantenía en buen estado por el clima cálido griego, en ese sentido los cocineros
se hicieron hábiles en el uso de hierbas las cuales disfrazaban el sabor de la
carne que empezaba a descomponerse y ayudaban al cuerpo a digerirla.
Aunque los griegos
bebían bastante agua y leche (hoy sabemos bien de los riesgos de tomar leche
animal), la bebida favorita era el vino. Normalmente hacían rápido el vino y lo
bebían antes de que se estropeara.
La mayor parte de
la cosecha del olivo se comprimía para hacer aceite, que se utilizaba para
cocinar y la gente remojaba con él su pan.
Los postres consistían
en frutos y panes o pasteles endulzados con miel.
Asclepio y la
medicina
Los antiguos griegos
creían en Asclepio, dios de la medicina y la cura. La gente enferma visitaba
sus templos con la esperanza de curarse. También aparecía en sueños y les
sugería curas a sus enfermedades.
La gente enferma
pasaba toda la noche dentro del templo y al día siguiente le contaba a uno de
los sacerdotes sus sueños. El sacerdote interpretaba el sueño y sugería el
tratamiento al paciente.
Cuando una persona
enferma visitaba un templo, a menudo hacía una ofrenda llevando un grabado de
la parte del cuerpo que necesitaba curación. La arqueología ha encontrado
pequeñas placas de mármol con inscripciones y el nombre de la persona.
Aproximadamente en
el año 410 a. C. el famoso médico Hipócrates y su grupo de curanderos
realizaron avances importantes en la medicina practicando en la isla de Cos. No
obstante, aún con la medicina mejorada los griegos continuaban muriendo
jóvenes, de enfermedades e infecciones que en la actualidad las personas
sobreviven.
Hipócrates,
conocido como el “padre de la medicina”, adquirió fama por establecer una nueva
propuesta médica, observaba más de cerca los síntomas del paciente y probaban
nuevos remedios cuando los anteriores no funcionaban. Hipócrates y los demás
médicos escribían libros sobre lo que realizaban. Estos tratados hipocráticos
son registros de casos médicos. Hipócrates y los demás médicos distinguían que
las enfermedades era resultado de una desproporción de fluidos y sustancias en
el interior del cuerpo.
Los médicos
apreciaban diversas hierbas por sus poderes de curación, por ejemplo, la
mejorana, que se utilizaba para tratar las convulsiones y la menta que se
utilizaba para afecciones del estómago. Las especias también se usaban para
hacer medicinas y las que venían de Egipto eran las más apreciadas de todas.
Fuente:
W., Philip, Antigua Grecia, SilverDolphin.
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